lunes, 29 de noviembre de 2010

Capítulo 1: Lo más preciado


Por: Erika Janet de la Cabada Cervantes

 

A lo largo del capítulo 1 "Lo más preciado" del libro "El mundo y sus demonios", Sagan evidencia sus ideas sobre la ciencia y es planteada como ciencia cualquier afirmación de conocimiento que muestra las pruebas pertinentes para ser aceptada. Plantea el método científico como el medio por el cual es que se hace ciencia y lo evidencia cuando menciona que la ciencia avanza con los errores y los va eliminando uno a uno. Se llega continuamente a conclusiones falsas, pero se formulan hipotéticamente. Se plantean hipótesis de modo que pueda refutarse. Se confronta una sucesión de hipótesis de modo que puedan refutarse. Se confronta una sucesión de hipótesis alternativas mediante experimento y observación. Desde luego, cuando se descarta una hipótesis científica se ven afectados los sentimientos de propiedad, pero se reconoce que éste tipo de refutación es el elemento central de la empresa científica. Si relacionamos lo anterior con las metodologías de investigación se puede decir que corresponde al enfoque cuantitativo, sin embargo, también comenta que "la ciencia anda a tientas y titubeando hacia una mayor comprensión", lo cual indica la posible relación de la investigación bajo el enfoque cualitativo al intentar llegar a la comprensión de los objetos o fenómenos que se puedan investigar.

 

Sagan menciona que el método aunque sea indigesto y espeso, es mucho más importante que los descubrimientos de la ciencia, en ese sentido es que cualquier investigador debe tener claridad en la selección del método y enfoque que va a utilizar para intentar explicar o comprender cualquier fenómeno u objeto que desee investigar según sea el caso.

 

Durante el texto va definiendo las características de lo que llama pseudociencia y establece ciertas relaciones y comparativos entre la ciencia y ésta. Plantea que la pseudociencia es producto de la cultura popular y es trasmitida a la sociedad a través de diversas fuentes de información disponibles y accesibles sobre lo que ellos plantean es la verdad de algún fenómeno. Proporciona respuestas fáciles, evita el escrutinio escéptico, apela a los temores y devalúa la experiencia, convirtiéndonos  en practicantes rutinarios y cómodos además de ser presas y víctimas de la credulidad.

 

La pseudociencia pretende utilizar métodos y descubrimientos de la ciencia, mientras que en realidad son desleales a su naturaleza, a menudo porque se basan en pruebas insuficientes o porque ignoran claves que apuntan en otra dirección. Están infestados de credulidad. Con la cooperación desinformada de periódicos, revistas, editores, radio, televisión, productores de cine y similares, esas ideas se encuentran fácilmente en todas partes. Es  más fácil de inventar, porque hay una mayor disposición a evitar confrontaciones perturbadoras con la realidad que no permiten controlar el resultado de la comparación.

Este tipo de saberes producto de la cultura popular tienen limitados niveles de argumentación, son mucho más relajados sus métodos de producirla que los conocimientos científicos, por lo tanto, facilita su presentación a la sociedad. De  manera natural la gente prueba distintos sistemas de creencias y la pseudociencia aprovecha esas necesidades y esos accesos fáciles a la información cubriendo necesidades emocionales poderosas que la ciencia suele dejar insatisfechas.

Las  hipótesis en la pseudociencia suelen formularse precisamente de modo que sean invulnerables a cualquier experimento que ofrezca una posibilidad de refutación, por lo que en principio no pueden ser invalidadas. Los practicantes se muestran cautos y a la defensiva. Se oponen al escrutinio escéptico. Cuando la hipótesis de los pseudocientíficos no consigue cuajar entre los científicos, se alegan conspiraciones para suprimirla.

Entonces, cuando la sociedad es más susceptible a informarse a través de los medios fáciles de presentar algo que denominan científico y que carece de serlo,  es que se estimula el pensamiento acrítico, se anulan las posibilidades de reflexión y argumentación sobre lo planteado, lo presentan y asumen como verdad aunque carezca de pruebas para su validación. Sagan menciona que cuando uno nunca ha oído hablar de la ciencia, difícilmente será consciente de estar abrazando la pseudociencia, simplemente estará pensando en una de las maneras que han pensado siempre los humanos.

 

Los medios de comunicación no son los únicos que presentan la pseudociencia a la sociedad, las religiones suelen ser los viveros de protección estatal de la pseudociencia ya que todo lo que no tiene una respuesta fácil y clara suele ser atribuido a lo divino, se le atribuye la responsabilidad a un Dios de lo existente pero que carece de comprensión tácita para los hombres. La ciencia origina una gran sensación de prodigio. Pero la seudociencia también. Las popularizaciones dispersas y deficientes de la ciencia dejan unos nichos ecológicos que la seudociencia se apresura a llenar con creencias falsas o que no han pasado por la producción de evidencias reales y claras para asumirlas como verdad.

 

Por otro lado, establece que la ciencia queda siempre clasificada entre las ocupaciones más admiradas y fiables, a pesar de los recelos de la sociedad con relación a sus procesos y mecanismos de validación que no son accesibles a toda la sociedad. Los sistemas educativos, la sociedad y los propios científicos  se han encargado de llamar científicos solo a unos cuantos privilegiados que tienen el potencial y la inteligencia necesaria para producir ciencia, dicha distinción del término científico ha sido excluyente. Aunado a que los sistemas educativos renuncian cada vez más a la educación científica, sin embargo, existe la preocupación por la decadencia de los niveles educativos, se lamenta que los jóvenes sean más ignorantes que la generación inmediatamente precedente en materia científica.

Las consecuencias del analfabetismo científico son mucho más peligrosas en nuestras épocas que en cualquier otra anterior. Es peligroso y temerario que el ciudadano medio mantenga su ignorancia sobre fenómenos actuales de impacto sobre el medio ambiente y que esté alimentando su curiosidad científica a través de pseudociencia como la única vía para "mantenerse informado". Entonces, menciona Sagan ¿Cómo podemos incidir en la política nacional o incluso tomar decisiones inteligentes en nuestra propia vida, si no podemos captar los temas subyacentes? Se ha debilitado la educación pública en temas científicos, parte del proceso de toma de decisiones que influyen en el futuro de nuestra civilización está sencillamente en manos de charlatanes y nosotros sumidos en la ignorancia y el desconocimientos de lo que en verdad es ciencia, ¿cómo es que podríamos intervenir para cambiarlo?

La ignorancia en materia científica y producción de ciencia reducido a los experimentos y a la tecnología nos ha sumido en una visión limitada y cubierta a través de creencias falsas, que por absurdo que parezca nos llena de certidumbres y facilita la comprensión del mundo desde esa mirada reduccionista de lo que sucede a nuestro alrededor. En la actualidad, los trabajos de los científicos son presentados a través de los medios de comunicación masivos de acuerdo al impacto e incidencia política que tenga tal nuevo conocimiento o descubrimientos tecnológico, es decir, los medios de comunicación están totalmente articulados con los sistemas políticos y atienden a las demandas y peticiones que ellos establecen, dicha situación ha llevado a que la sociedad sólo se informe de lo que es conveniente para la esfera del poder, los científicos en la mayoría de los casos ofrecen sus trabajos a las diferentes naciones que garantizan el poder por sobre otros, ocasionando que la ciencia juegue un papel de producción hacia el poder y perdiendo su esencia por el simple placer de conocer, de investigar, de producir conocimiento.

Estamos cada vez más lejos de la ciencia, de lo que es válido y aceptado como verdad, y entonces, ¿Nos interesa la verdad? ¿Tiene alguna importancia? Sagan menciona que es descorazonador descubrir la corrupción y la incompetencia del gobierno, pero ¿es mejor no saber nada de ello? ¿A qué intereses sirve la ignorancia? Al parecer en la actualidad se considera un peligro el pensamiento crítico y cuando aceptamos lo que nos dan como verdad sin filtrarlo por el análisis y la reflexión nos sumimos más en la ignorancia, nos volvemos más manipulables y presas fáciles de la las creencias falsas.

Nos guste o no, estamos atados a la ciencia. Lo mejor sería sacarle el máximo provecho. Cuando finalmente lo aceptemos y reconozcamos plenamente su belleza y poder, nos encontraremos con que, tanto en asuntos espirituales como prácticos; salimos ganando.

Lo anterior nos remite a que todo investigador además de poner atención en el método y enfoque de investigación elegido debe ser capaz de discernir entre lo que es ciencia y lo que no es, debe estar atento a que la pseudociencia no es ciencia errónea, ya que la ciencia errónea es parte del proceso de investigación. Todo investigador debe estar consciente de que puede haber errores durante su investigación y que ellos permiten ir clarificando el proceso investigativo, proporcionan la posibilidad de ir verificando el propio proceso para orientarlo, pero lo que no puede permitirse es obtener respuestas fáciles que no hayan pasado por el filtro del análisis, la argumentación y la validación de pruebas a través de los instrumentos de recolección de datos elegidos. Un investigador debe saber distinguir lo que es la pseudociencia como producto del saber popular carentes de métodos válidos y lo que es hacer ciencia y producir conocimiento.



1 comentario:

  1. Qué le pasará a la ciencia en el Ecuador en salud, medicina, desarrollo Tecnológico y otras ramas, si las universidades no pueden investigar

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